Hoy Rita ha tenido su primer contacto con los petardos, se ha asustado pero dentro de un orden, ni lloros ni temblores, en fin bastante bien.
En Pamplona, como en mucho sitios, están restringidos los sitios donde se puede soltar a los perros, esa es la parte mala, la buena es que han habilitado unos cuantos espacios donde poder soltar a los perros, entre ellos están los fosos de la Ciudadela, un espacio protegido, por los muros del foso, perfecto porque nos se pueden escapar, con una hierba estupenda y una longitud de tres kilometros que permite pasear, y además está situado en el centro de la ciudad.
Estos muros encierran el recinto de la ciudadela, un fuerte renacentista como tantos a lo largo de las fronteras francesas, en el interior del mismo hay varios edificios donde entre otras cosas se celebran bodas, hoy había una y lo han celebrado con petardos, que cosas, Dora, 1,5 años, ni se inmuta y sigue jugando como si tal cosa, a Max 3 años le aterrorizan pero afortunadamente busca proteccion con nosotras, una vez atados la peque, 5 meses y el veterano hemos tenido que colaborar para recuperar a los 800 perros descontrolados que que trataban de escapar del peligro. No ha ido del todo mal, me alegro del incidente, si no tienen contacto con el estímulo nunca se acostumbraran a el y era buen momento para la pequeña que con sus 5 meses nunca había oido esas cosas, pienso que no tendrá miedo en el futuro, habrá que esperar a otro sábado para comprobarlo. Es curioso la pequeña todavía está por educar pero la reacción de Max y Dora es completamente distinta y han vivido siempre juntos y han sido educados igual.
Otro día os contaré los primeros fuegos artificiales de Max, que sufrió con 5 meses y que en San Fermín queman al lado de nuestra casa, pero es una historia larga.
Resumiendo hay mucho de educación pero mucho de genética pienso.
Que largo, lo siento